El camino está en soñar y cumplir los
sueños. Para encontrarlo, debemos atravesar la puerta a la esperanza en nuestra
capacidad de generar un cambio. Esto significa
creer que no hay imposibles, que la
grandeza de la vida no se encuentra en cosas materiales ni se puede cifrar en
otras personas, porque cada uno es dueño de su vida. Poseemos, cada uno,
nuestros instintos, nuestros deseos e ideales, los cuales con disciplina corporal,
mental y espiritual, forjarán nuestra capacidad de liderazgo y se convertirán
en ejemplo e inspiración para otros. Solo así podremos, en comunidad, fijar
objetivos, buscar el bien común y trabajar en amor y solidaridad.
Más que brindar afecto, servicio y apoyo al
otro, somos una familia, una guía continua que con paciencia, humildad y
comprensión busca ser merecedora de momentos alegres y tranquilos, pero que no
están asegurados. Acompañamos y
encaminamos a las pequeñas esponjitas
que hacen parte de esta familia. Esponjitas
que desbordan ganas de auscultar
su mundo haciéndonos, a su vez, constantes aprendices porque con su imaginación
nos obligan a ser más creativos, más fuertes y a darle valor e importancia a
nuestra labor.
Hoy nos permitimos sembrar confianza, protección
y caminos de fe en Dios, porque con Él de la mano, ya somos grandes.
Adriana Pedraza
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