jueves, 4 de julio de 2013

EL AMOR QUE PERDURA


En pleno siglo XXI hay que reconocer que la tecnología avanza, pero ¿Dónde queda lo que nos vuelve humanos?...los sentimientos.
A veces se cree que en un mundo movido por guerras y miedos, es una misión imposible tener fe en los sueños; pero a través de dos personas comunes que  lograron con simples detalles alegrarse cada día compartiendo sus vidas por más de 55 anos, podemos ver que valen más los sentimientos y la fuerza del amor que cualquier lucha antagónica que mueva el mundo.
Para los que no creen en el amor, conocerán una historia que revivirá nuestras  esperanzas.La vida de dos humildes campesinos: Elvira Torres y Julio Boyacá quienes desde pequeños fueron criados en un mundo de costumbres de antaño  donde los papeles de la mujer y hombre tenían roles claros, ella dedicada a todas las tareas típicas del hogar y el encargado de trabajar y manejar el dinero.
Él desde niño estuvo enamorado de la vecina de ojos claros y mejor sazón, pero ella no le prestaba atención por lo mal que vestía.
Día a día se escucha decir mucho esta frase:”El que se enamora pierde”. Y Boyacá perdió la batalla de la conquista pero gano la guerra del matrimonio. Él destino los junto y separo muchas veces hasta que sus corazones entendieron que no podían estar  el uno lejos del otro .extrañarse fue la perfecta excusa de un reencuentro que termino con un humilde pero emocionante matrimonio.
El amor no lleva la bandera de la perfección .siendo ella caprichosa, orgullosa, susceptible e insegura se enamoro de un hombre imponente y controlador. Pelearon como muchos y se perdonaron   como pocos .sus mayores rabietas tenían solución con una dosis de cosquillas.
Una rutina permitió que el matrimonio nunca abandonara el plano del amor .el se levantaba antes que ella para calentar tinto endulzado a base de panela reposado del día anterior  para los dos acompañado con dos copas de aguardiente néctar  para el frio de la mañana. En una improvisada bandeja luego la llevaba hasta la cama y despertaba a su amada para que tomara junto al mientras escuchaban las noticias a bajo volumen después ella se levantaba a preparar el desayuno  recordando que el come arto y ella ni la mitad de lo él mientras el tiende la cama.
Comen en un mismo plato guardando las proporciones correspondientes separados por los cubiertos  desayunando entre risas y palabras .ella alza la loza y la lava y él se encarga de arreglar el desorden al terminar el sube a la terraza y mira hacia la calle.
Al desocuparse de las primeras tareas del día inventan plan y salen a dar una vuelta por el otro barrio y aunque no haya dinero, no es obstáculo para divertirse.
no sale el uno sin el otro .eso lo saben hasta sus amigos para contar con la presencia de uno es necesario invitar al otro.

Las tardes eran alrededor de unas cuantas cervezas águilas junto a la ventana analizando a cada uno de los transeúntes de su barrio.
El televisor que pagaron juntos hace 40 anos a  crédito se encendía a las 700 pm para ver las noticias.
Los separo la única realidad inevitable…la muerte
Contar esta historia me da la tranquilidad de saber que más personas conocen una faceta real de tantos tipos de relación y espero que tengan la oportunidad de experimentar en carne propia una relación como está aceptando de ante mano que la e envidiado desde que comprendí lo que hombres y mujeres aspiramos a conseguir al establecer una pareja.
Y para terminar solo diría que viva que los buenos sentimientos, que carajo.

 Escrita por :Francis Gòmez

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